martes, 22 de febrero de 2011

Qué ves?


Una simple pregunta no siempre supone una simple respuesta. Por otro lado, generalmente, para una misma pregunta encontramos varias respuestas.
El ejercicio que propongo es que mires el vaso y te preguntes:


¿Qué ves?

La respuesta tiene que ser visceral. Casi con umbral mínimo de conciencia.
Ahora que tienes la respuesta, pregúntate:

¿De dónde proviene mi respuesta?
¿Qué cosas la habrán influenciado?

Cada respuesta está asociada a un estado de ánimo que la subyace. Que la configura. Que le otorga sentido. Podemos decir entonces, que nuestra capacidad para superar obstáculos que aparecen en nuestras vidas, en gran medida, es dependiente de una emocionalidad que a su vez está influenciada por mi interpretación de la experiencia., (el acto de mirar el vaso).

Es en definitiva nuestra interpretación configurada por mi biología, mi historia y mis rasgos psicológicos, la que me va a permitir ampliar o reducir mis posibilidades.

De las tres respuestas con mayor probabilidad de elección, es sin duda la de mitad lleno o mitad vacío la más peligrosa. Implica no tomar partido. Permanecer indiferente. No jugarte. Sí algo tiene que tener un emprendedor, es la capacidad para tomar decisiones con información escasa y asumir los riegos de exponerse.

Sí tu respuesta fue está más vacío que lleno, quizás halla llegado la hora de empezar a cultivar un estado de ánimo algo más positivo cambiando simplemente la interpretación, que en definitiva, es el resultado de tu observación.

Epicteto, aquel filósofo griego de la escuela de los estoicos que nació esclavo y murió libre, decía:

...las opiniones de los hombres definen no sólo el mundo en el que habitan, sino que determinan su propia vida. De acuerdo a los juicios que los seres humanos emiten sobre lo que les acontece, generan uno u otro tipo de vida y determinan la felicidad y paz que podrán encontrar en ella. Señalaba que, «no es lo que ha sucedido lo que molesta a un hombre, dado que ello puede no molestar a otro. Es su juicio sobre lo sucedido».

Como ves, lo imposible está en tu cabeza. Pero lo posible, también. Entonces, vuelve a mirar y pregúntate:

¿Qué ves?

2 comentarios:

Florencio F. Boglione dijo...

Guillermo: Veo un vaso con agua, que viene muy bien para calmar la sed.

Muy bueno el blog recién lo descubrí, pese a no ser de mi temática predilecta y que posteas esporádico, lo voy a poner en mi blogrol.

Saludos Cordiales y Abrazo.

Guillermo Morales dijo...

Gracias Florencio. Tus líneas también son muy buenos. Yo tampoco sabía de tu blog.

Agitemos al jefe para que se decida a iniciar un nuevo espacio.

Abrazo