viernes, 25 de enero de 2008

Capitalizando el fracaso

Sigo con este tema. Para hablar de emprendimientos exitosos hay muchos y buenos blogs (Martín Varsabsky, Andy Freire, Alec Oxenford, entre otros). Me gustaria conversar con ustedes sobre ¿Qué es el fracaso? La primera acepción que nos brinda la Real Academia Española es: Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. Si consideramos que las empresas o negocios se crean para ganar dinero, entonces el fracaso implica lo contrario. La sociedad en la que vivimos, (de la cual no rezongo) asocia la capacidad para ganar dinero con ser exitoso y a la dificultad por no conseguirlo con ser fracasado. La verdad que no comparto que se defina al fracaso como el resultado monetario negativo de un negocio. Quiero destacar o revindicar la parte positiva de un emprendimiento que no logró consolidarse. Hay un cúmulo de experiencia adquirida que tiene un potencial valor intangible futuro. Pero para poder capitalizar esa experiencia se debe reflexionar sobre cuales causas lo impulsaron. Hasta que no se haga un diagnóstico correcto y realista respecto de los acontecimientos, no es conveniente comenzar con una nueva idea. Creer que no vamos a cometer en el futuro el mismo error solo porque ya nos paso, es una trampa en la que no debemos caer.

Si fracasaste alguna vez, no tienes un estigma como quizás creas, tienes un plus respecto de los que recién empiezan y hasta incluso de los que llamamos exitosos. La inteligencia no esta ligada a ganar más o menos dinero. Podrás haber fracasado, incluso hasta mas de una vez, pero no por eso sos un perdedor. NO TE DETENGAS.

jueves, 10 de enero de 2008

Ataque de pánico luego de un fracaso

Todo emprendedor vive momentos de exaltación desde el primer instante en que encuentra la idea. La motivación y la adrenalina aumentan considerablemente con el transcurso del tiempo. Los días previos al star-up parecen ser interminables y las noches se hacen más cortas producto de revisiones minuciosas o de búsquedas incesantes de datos que enriquezcan el negocio. Con la empresa en marcha, moviliza todos los recursos disponibles en pos de la consolidación.

¿Pero que sucede cuando después de tanto esfuerzo, nos vence el fracaso?

La decepción es tan grande que el fervor de aquellos tiempos se transforma en parálisis. Se recluye de sus seres más queridos, su mente se pone en blanco y cree que todo ha terminado.

Pues no!!!…

Sabe que en realidad perdiste una batalla. El ataque de pánico es común que suceda luego del fracaso. Pero ese estado manifiesto y temporal debes capitalizarlo para la próxima. No te subestimes. Se valiente y no intentes disfrazar las causas. Los proyectos no fracasan. Los hombres sí. Investiga que hiciste mal:

¿Sobrestimaste la facturación?
¿Te diste cuenta que a los que vos llamabas clientes en realidad eran prospectos? ¿Subestimaste a tu competencia?
¿No estudiaste a fondo a los usuarios de tus productos o servicios?
¿Falló el plan de marketing? ¿Tenías plan de marketing?
¿Tu intuición en el armado del equipo no fue la correcta?
¿La logística no fue adecuada?
¿Implementaste mal los sistemas informáticos? ¿Tenías sistemas?
¿Los inversores que elegiste no eran acorde con el tamaño del proyecto?
¿No elaboraste planes de contingencias?
La lista sigue y puede ser tan larga como te lo propongas. Lo importante es que encuentres en que fallaste.

Morder el polvo no debe acobardarte por más dura que haya sido la caída.

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.


Almafuerte